Sarah Polley dirige a su padre en "Stories We Tell."
Los documentos que dejamos cuentan una historia incompleta, con baches, y los testimonios de quienes nos recuerdan tienen sus propios filtros. Esos hiatos hacen de las supuestas “historias reales” una ficción y la lectura de una historia real como una ficción es más interesante. Me interesa menos el texto acabado de un biógrafo, que busca llenar cada fisura, que los diarios privados, las colecciones de cartas y otros souvenirs, que nos acercan la rareza de un personaje, con sus veladuras y engaños caprichosos.